Comentario
De cómo el gobernador volvió a la ciudad de la Ascensión con toda su gente
Otro día siguiente, siendo de día claro, partieron en buena orden, y fueron caminando y cazando, así los españoles de a caballo como los indios guaraníes, y se mataron muchos venados y avestruces, y ansimismo la gente española con las espadas mataron algunos venados que venían a dar al escuadrón huyendo de la gente de a caballo y de los indios, que era cosa de ver y de muy gran placer ver la caza que se hizo el dicho día; y hora y media antes que anocheciese llegaron a la ribera del río del Paraguay, donde habían dejado el gobernador los dos bergantines y canoas, y este día comenzó a pasar alguna de la gente y caballos; y otro día siguiente, dende la mañana hasta el mediodía, se acabó todo de pasar; y caminando, llegó a la ciudad de la Ascensión con su gente, donde había dejado para su guardia doscientos cincuenta hombres, y por capitán a Gonzalo de Mendoza, el cual tenía presos seis indios de una generación que se llaman yapirúes, la cual es una gente crescida, de grandes estaturas, valientes hombres, guerreros y grandes corredores, y no labran ni crían; mantiénense de la caza y pesquería; son enemigos de los indios guaraníes y de los guaycurúes. Y habiendo hablado Gonzalo de Mendoza al gobernador, le informó y dijo que el día antes habían venido los indios y pasado el río del Paraguay, y diciendo que los de su generación habían sabido de la guerra que habían ido a hacer y se había hecho a los indios guaycurúes, y que ellos y todas las otras generaciones estaban por ello atemorizados, y que su principal los enviaba a hacer saber cómo deseaban ser amigos de los cristianos; y que si ayuda fuese menester contra los guaycurúes, que vernían; y que él había sospechado que los indios venían a hacer alguna traición y a ver su real, debajo de aquellos ofrecimientos, y que por esta razón los había preso hasta tanto que se pudiese bien informar y saber la verdad; y sabido lo susodicho por el gobernador, los mandó luego soltar y que fuesen traídos ante él; los cuales fueron luego traídos, y les mandó hablar con una lengua intérprete español que entendía su lengua, y les mandó preguntar la causa de su venida a cada uno por él. Y entendiendo que de ello redundara provecho y servicio de Su Majestad, les hizo buen tratamiento y les dio muchas cosas de rescates para ellos y para su principal, diciéndoles cómo él los recebía por amigos y por vasallos de Su Majestad, y que del gobernador serían bien tratados y favorecidos, con tanto que se apartasen de la guerra que solían tener con los guaraníes, que eran vasallos de Su Majestad, y de hacerles daño; porque les hacía saber que ésta había sido la causa principal por que les había hecho guerra a los indios guaycurúes; y ansí los despidió y se partieron muy alegres y contentos.